Los residuos que generan los aparatos electrónicos crecen cinco veces más rápido que la cantidad que se recicla. Así lo refleja el último estudio del Instituto de las Naciones Unidas para la Formación y la Investigación (Unitar) sobre el impacto mundial de los residuos que generan los dispositivos electrónicos. La idea predominante de que comprar un producto nuevo es más barato que reparar uno antiguo es una de las paradojas de la sociedad digital del siglo XXI. La contradicción se vuelve aún más impactante si se le añade la escasez de algunos materiales y políticas de reciclaje muy limitadas. Ante este panorama, existen iniciativas sociales que promueven un cambio de paradigma en el consumo de productos electrónicos.
Los 62 millones de toneladas de residuos electrónicos generados en 2022 llenarían 1,55 millones de camiones de 40 toneladas. Son vehículos suficientes para formar una línea continua alrededor del Ecuador, según el informe de Unitar. Un 7,4% de estos residuos son de pequeños aparatos de telecomunicaciones, dentro de los que están incluidos los routers, los portátiles y los móviles. Es un porcentaje significativo, ya que el peso de estos aparatos es muy reducido en comparación con otros objetos como microondas, aspiradores o paneles solares.
Actualmente hay escasez de materias primas para fabricar teléfonos móviles, como el indio, el terbio, el tungsteno o el litio. Algunos de ellos podrían desaparecer dentro de 20 o 30 años. “En general, el reciclaje de aparatos no es rentable económicamente ni sostenible ambientalmente; es una cortina de humo para motivar a los consumidores”, destaca un portavoz del colectivo Restarters Barcelona. La asociación, que trabaja para impulsar alternativas a la obsolescencia planificada, explica que es muy difícil separar los materiales, ya que muchos de ellos forman parte de aleaciones y conseguirlo implicaría utilizar grandes cantidades de energía, que probablemente acabarían haciendo más caro el material reciclado que uno nuevo.
Restarters Barcelona, fundada en 2015, apunta que “estamos consumiendo aparatos hechos de materiales que frecuentemente se extraen de forma violenta”. “Mientras expoliar la naturaleza en países en vías de desarrollo sea tan barato como hasta ahora, ninguna empresa se dedicará a remover vertederos, ya que la cantidad de metales de valor por tonelada de residuos es relativamente baja”, defiende el colectivo, que añade que la legislación española y la europea son “demasiado complacientes” con los empresarios. Restarters Barcelona propone aprender a reparar los pequeños aparatos eléctricos y electrónicos para alargar su vida útil y no tener que comprar nuevos productos a ritmo frenético. El colectivo está formado por reparadores voluntarios y voluntarias que guían a otras personas en el proceso de reparación de los aparatos. “En muchas ocasiones conseguimos arreglarlos solo con un cambio de un pequeño componente, por menos de un euro, o simplemente resoldando un cable”, cuentan.
Más valor sentimental
“Como consecuencia de la reparación conocemos un poco más el aparato y lo que le ha ocurrido. Esto nos vincula a él. Luego lo sentimos más nuestro”, expone la entidad, que organiza encuentros, principalmente en el área metropolitana de Barcelona, pero también en otros puntos de la geografía catalana. Las restart parties reúnen a personas que acuden con dispositivos para reparar –tecnológicos o pequeños electrodomésticos– y que se ayudan mutuamente, de forma gratuita con el objetivo de pasar un buen rato y crear comunidad. El proyecto Restarters es internacional, tiene comunidades en todo el mundo. Dispone de una base de datos que se llama Fixometer, que recoge datos de las reparaciones hechas en los encuentros. “Volcamos la información, de forma anonimizada, de los aparatos que pasan por nuestras manos –marca, modelo, avería, año de fabricación y resultado– con el objetivo de demostrar tendencias en determinados productos o marcas con tal de evidenciar aún más la obsolescencia programada”, detalla Restarters Barcelona, que explica que existe un grupo similar al suyo en Valencia y también los Repair Cafè, en Madrid, Euskadi y Galicia, que persiguen los mismos objetivos.
Salvar el hardware con software libre
Muchos móviles y ordenadores que funcionan son tirados porque los fabricantes de software deciden dejar de darles soporte o porque las versiones nuevas exigen demasiados recursos a estos modelos antiguos. “El buen software es lo más ligero posible”, apunta Restarters, que subraya que las grandes empresas tecnológicas a veces lanzan nuevas actualizaciones con la promesa de que mejoran la seguridad, pero a menudo son “falsas excusas” para hacer que las nuevas versiones no funcionen bien con el hardware viejo. “En contra de esto podemos utilizar sistemas operativos alternativos como Linux en los ordenadores o, por ejemplo, LineageOS en algunos móviles Android”. Son opciones con más privacidad y, casi siempre, más seguras, estables, además de gratuitas”. En este sentido, es también posible volver a utilizar teléfonos o portátiles que puede parecer que están rotos, pero que en el fondo no funcionan porque tienen un software de las grandes empresas tecnológicas que hace que vayan lentos. Los podemos hacer revivir simplemente con la instalación de un sistema operativo libre.
Una perspectiva decrecentista
Un diseñador cubano, Ernesto Oroza, ha fundamentado su obra en la reparación de productos en la isla caribeña, ante la imposibilidad de comprar de nuevos por la situación política y, a veces, incluso dándoles una utilidad distinta a la que tenían inicialmente. El artista, que visitó Maker Faire Barcelona en 2019, presenta el concepto de reparar para avanzar hacia una “desobediencia tecnológica”. “Es una prueba de que son posibles formas de uso de la tecnología más moderadas, empáticas e innovadoras en situaciones de escasez como las que, probablemente, tendremos que afrontar en Europa en un futuro no tan lejano”, destaca Restarters, que ve en el ejemplo de Cuba un caso de “perspectiva decrecentista real derivada del bloqueo económico de los Estados Unidos” que demuestra que “se puede reducir el consumo y avanzar hacia la suficiencia”.
Un congreso alternativo al Mobile World Congress
El ejemplo de Restarters Barcelona demuestra que es posible relacionarse con los aparatos de otra forma. En esta línea, la capital catalana acogerá entre el 3 y el 5 de marzo el Mobile Social Congress, un evento que quiere ser un espacio de reflexión y debate sobre los efectos del modelo de consumo de electrónica actual y promover una tecnología más justa y sostenible. El evento, que patrocinamos desde Somos Conexión, se centrará en la era actual, de “tecnofeudalismo, on el poder y el capital están en manos de unas pocas empresas” y se vuelve “más necesario que nunca visibilizar estas dinámicas y apoyar las luchas por los derechos laborales, ambientales y digitales”.
El Mobile Social Congress celebrará este año su décima edición, los mismos días que Barcelona acoge el Mobile World Congress, el evento global que anualmente reúne a la industria tecnológica. Entre las decenas de conferencias programadas en el congreso mundial solo dos hablarán de reciclaje y economía circular. No sorprende al portavoz de Restarters Barcelona: “¡Claro que son conscientes de los residuos y de la escasez de materiales! Pero la dinámica del mercado productivista solamente incentiva continuar exprimiendo la situación hasta que reviente. La única razón que mueve al lobby de los dispositivos móviles (y de tantos otros productos) es el beneficio y el crecimiento económico”. El congreso alternativo, de inscripción gratuita y organizado por la federación Setem, tratará temas como la soberanía tecnológica, el software libre, los riesgos de la inteligencia artificial y el expolio de países en vías de desarrollo.
Comprar móviles reacondicionados
En Somos Conexión tenemos un acuerdo con Reparamos Ya, que nos permite ofrecer un descuento para la compra de dispositivos reacondicionados de esta empresa. Se trata de móviles que alguien ha dejado de utilizar y que han sido reparados con el objetivo de darles una segunda vida. Ante la idea de comprar un dispositivo nuevo, es importante tener en cuenta si se puede reparar nuestro aparato actual. Una opción es apuntarnos a una restart party para intentarlo. Restarters Barcelona organiza encuentros periódicos, varias veces al mes, tanto en el Casal de Barri Ca l’Isidret como en la Caixa d’Eines i Feines, en Barcelona. También celebra parties puntuales en otras poblaciones, la agenda se puede consultar en su página web. Fuera de Cataluña podéis buscar si existe un proyecto similar en vuestra comunidad. Comprar un móvil reacondicionado, que ya haya puesto a punto una empresa especializada, es otra opción. En definitiva, son ideas para poder contribuir a avanzar hacia un modelo de consumo más sostenible: que genere menos basura electrónica, más respetuoso con los países en vías de desarrollo y que ayude a preservar en el tiempo la disponibilidad de los recursos naturales.
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